4.8.14

La Casa de los Amigos era un espacio para residencia de huéspedes, según el Tratado de Agricultura de Ibn Luyun (1282-1349), que determinaba que en todo palacio de recreo debía haber un aposento para huéspedes y amigos. La datación más aceptada de la casa es la que la incluye en la época nazarí, para unos del siglo XIII y por tanto más enraizada con la tradición almohade, y para otros de época nazarí posterior. No obstante, algunos investigadores han planteado la posibilidad de que se trate de una obra tardía, o bien de época cristiana, cuya cronología dataría de finales del siglo XV e inicios del XVI. En cuanto a la tipología, la casa tiene como núcleo principal un patio cuadrado en torno al que se disponen las habitaciones. En el lado sur, se encuentra el zaguán y en el lado oeste hay una entrada de menor tamaño a la actual. El lado este es el punto más próximo a la Acequia Real y es el lugar en el que se encuentra la fuente o pilar. La zona sureste corresponde al retrete, mientras que en el lado septentrional queda la cocina. La escalera que está situada en su lado noreste podría ser indicio de una segunda planta, aunque lo único que los investigadores pueden afirmar es que esta escalera se usó en época posterior para comunicarse con el Palacio del Generalife. El área del Generalife es uno de los núcleos principales que configuran el complejo entramado del recinto monumental de la ciudad palatina de la Alhambra. Considerado como la hacienda o almunia real, el Generalife está configurado por un espacio residencial para el descanso en medio de una gran extensión de huertas para el cultivo. Estas huertas, regadas con agua de la acequia real que llegaba hasta esta zona, estaban compartimentadas en bancales pero quedan hoy desvirtuadas con los jardines nuevos plantados en la primera mitad del siglo XX sobre las antiguas huertas. Fuente: Patronato de la Alhambra y el Generalife


Tratado de agricultura de Ibn Luyun

Este tratado de agricultura redactado en la primera mitad del siglo XIV es un buen ejemplo de lo avanzada que estuvo la agronomía en al-Andalus. El cultivo del campo y el arte de la agricultura gozaron de un progreso extraordinario con la llegada de los árabes a la Península Ibérica. Numerosos son los motivos que propiciaron este progreso, especialmente el interés que tuvieron los árabes por el estudio de la medicina, apoyada en la botánica a través de la necesidad del conocimiento de las propiedades curativas de las plantas. Por otra parte, se produjo un gran intercambio de plantas por distintas tierras del amplio imperio islámico, cuya aclimatación requería el estudio de sus necesidades específicas.

El autor de esta obra, Ibn Luyun, nació en Almería en 1282 y murió en 1349, a consecuencia de la peste. Además de geópono, fue filósofo, jurista, matemático, poeta y asceta. Como gran parte de los eruditos de su época, para su formación viajó por el Magreb y por Oriente, algo que demuestran los distintos maestros que le concedieron la iyaza o autoridad para dedicarse a la enseñanza, como Abu l-Hayyan de Almería, Abu Zakariyya Yahya b. Ahmad b. Muhammad b. Qas al-Fasi, de Fez, o Abu Abd Allah Muhammad b. Ibrahim B. Sa‘ad al-Nakani, de Egipto, entre otros.

La copia de este Libro del principio de la belleza y fin de la sabiduría que trata de los fundamentos del arte de la agricultura, es del año 1348, un año antes de la muerte de su autor. Está completa y contiene 1365 versos. Está escrita en escritura magrebí, y los títulos están trazados a mayor tamaño. Se trata de unauryuza, es decir, es una composición poética compuesta en metro rayaz. A diferencia, por ejemplo, de las Geórgicas de Virgilio, estauryuza apenas tiene adornos retóricos o poéticos, y según la descripción que de ella hace Joaquina Eguaras, el autor “trata su materia con inconmovible y prosaica objetividad, haciendo uso del fácil metrorayaz”.

Para escribir esta obra Ibn Luyun se basa tanto en obras árabes orientales como en occidentales, contemporáneas y anteriores a él. Así por ejemplo emplea obras andalusíes, como las de al-Tignari e Ibn Bassal, o el calendario de Córdoba de 961 de al-Hakam, y otras orientales como el Kitab fi lahn al-‘amma de Ibn Hisam al-Lajmi, el Libro de las plantas de Abu Hanifa al-Dinawari, y también de pasajes de Avicena, al-Zubaydi, al-Asma‘i, etc. También cita a personajes griegos como Anaxágoras, Empédocles, Demócrito, Aristóteles y Filón, al persa Qastus y a los latinos Galeno y Columela.

En este tratado define el arte de la agricultura, expone los procedimientos seguidos en al-Andalus, y estudia los cuatro elementos que forman la agricultura: tierra, agua, abonos y trabajo. Uno de los fragmentos más valiosos y en los que más inspirado se encuentra Ibn Luyun es el relativo a la disposición que deben tener las casas de campo:

“Sobre lo que ha de elegir en la disposición de los jardines, sus viviendas y las casas de labor: Para emplazamiento de una casa entre jardines se debe elegir un altozano que facilite su guarda y vigilancia. Se orienta el edificio al mediodía, a la entrada de la finca, y se instala en lo más alto el pozo y la alberca, o mejor que pozo se abre una acequia que corra entre la umbría. La vivienda debe tener dos puertas, para que quede más protegida y sea mayor el descanso del que la habita.

Junto a la alberca se plantan macizos que se mantengan siempre verdes y alegren la vista. Algo más lejos debe haber cuadros de flores y árboles de hoja perenne. Se rodea la heredad con viñas, y en los paseos que la atraviesen se plantan parrales.

El jardín debe quedar ceñido por uno de estos paseos con objeto de separarlo del resto de la heredad. Entre los frutales, además del viñedo, debe haber almeces y otros árboles semejantes, porque sus maderas son útiles”.